sábado, 25 de junio de 2011

CRITICA A LA COLECCIÓN DE FOTOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA DE TELEFÓNICA

Le entrada es gratis. La Av. Arequipa y es de noche, llueve de abajo hacia arriba pero es nauseabundo de la densa y mala combustión, humareda en voluta, cigarrillos como la seda desenredándose sobre cabezas, ojos, narices y bocas. Fragor de la bocanada. La entrada desenfunda abandono, es oscura no da ganas de visitar, las luces opacas no llaman, ni venden, empezando por ahí: dan ganas de irse. Chiquillos por aquí pero nadie entra, falta difusión o falta interés, qué nos falta. Estamos en Lima un poco mas halla del centro, tirando hacia el sur la nostalgia, de que aquí hay menos personas que en un centro comercial: desembuche de telelloronas y libros de auto ayuda.

De puertas transparente. Ubicada al fondo casi como si no hubiera nada, cerrada de par en par y nadie. Chiquillos manipulando las maquinas, haciendo quien sabe que cosa interesante. Y me preguntaba si dejaban entrar o es en otra parte la exposición, empezando por ahí: me equivoqué de lugar? Quizás. Alguien estudia pero no es ágil o es pánfilo, otros con audífonos de locutor suenan sus testas con ondas del mas allá en la sonoteca. Entramos: yo y la digital de mano, para amateurs obsesionados con la acción de la luz.

El arte del siglo XX. El mundo dice y el mundo lo hace. Lo contemporáneo busca acoplarse a esa tendencia en donde el arte no está, en lo que por belleza o apreciación objetiva se refiere, si no en lo que ha moderno y novedoso se entiende o la subjetiva intención del arte que se comprende, haciendo una revolución tanto en la forma como en el contenido. Rompiendo esquemas o pateando cabezas. Abstracción con intención recalcitrante de cultura como fuente de comprensión del arte a la que van todos, pero lo ven pocos. Contra cultura de elite, de salón, del té a las 3 de la tarde, no, no lo es. Y del Dadaísmo?, parcial entre otras tendencias. Y mejor aun porque no sigue formas, ni fondos, el artista se va a la calle y la perspectiva es amplia, porque se adapta a ella, a su lenguaje, como desde el ártico, al antártico y por todo el Ecuador; comprobándose que espacios, estructuras, paisajes y la naturaleza se le puedan sacar construcciones totalmente independientes, pero qué hay del estilo y el criterio del arte para el arte? Que se quiere conseguir?.
 
El arte que no se ve. El que sigue a quien sigue el arte dentro de una caja, no consigue lo que imaginaria fuera de ella. Estas muestras tienen distancia, preponderancia, complejidad, imágenes con cualidades de sofista, benevolentes con el ojo miope y obtuso con los preguntones. Horizont serie de Olafur Eliasson, por ejemplo, tiene una perspectiva de la naturaleza que se transforma, es profunda y mantiene el compromiso entre el uso de la fotografía como medio en el proceso del retrato y como cada componente es respetado para mantener la integridad y naturaleza de su ambiente con una clara intención subjetiva mas que ahondar en descripciones intelectuales. Por otra parte no comparto ni un ápice la propagación del apropiacionismo tendencia del robo vil y sistemático, me pareció estar más frente a un palomilla de ventana que hace suyos los piropos del dandy, nada mas y nada menos como pulula el argot popular: La misma chola con diferente calzón. El Estilo?, fotografiar a imágenes de otros autores valiéndose de la alteración que se les puede causar en pro de la creatividad, el efecto?, apreciación y revalorización de lo antiguo o lo conocido, propinándole vanguardismo, vida, sensibilidad y contenido. Y eso es justamente lo que provoca que no sea entendida o apreciada porque rompe con ese canon de viejas anticuadas y cucufatas que ven con un solo ojo, donde solo caben 3, y la cultura, y las demás cosas que le faltan a esa falta de costumbre de ver mas halla de lo evidente, de compromiso e interés porque el arte es universal y todos manifestamos arte desde el momento en que nacemos pero no se pone en practica por el pleno desconocimiento y este tipo de arte se vuelve aburrido, no cumple con su objetivo que es la cambiar el formato y el panorama de una vida monótona de ver una caja boba que estandariza mente, cuerpo y alma.

La intención, como la de las otras muestras es que tratan de expresar otro punto de vista de lo que nos rodea y fomentar su opinión a través de imágenes, perfiles, estructuras y la transformación de la naturaleza que significa la de estar en la foto desde afuera y no siendo parte de ella. Una muestra que se deja ver, pero que como cada vicio no se deja entender.

“No hacemos la foto con tan solo una cámara; al acto de fotografiar traemos todos los libros que leemos, las películas que vimos, la música que escuchamos, las personas que amamos” Ansel Adams (1902 - 1984).

El café


Si pudiera elegir una droga seria el café, me parece tan sofisticado y gracioso el estar alterado de los nervios, y volverse impaciente o en mi caso me volvería gracioso y creo que también engreído. El café de Colombia, como quisiera ese café tan puro y tan alado, nada que envidiar a los cafés de acá, pero es que Colombia es la madre de los cafés; ahora necesito uno, dos y tres tazas cargados de esos polvos negros y mágicos que saben como quitarme de este mundo, que saben como corregir la afluencia de esta sangre yerta. Me gustaría morir con una taza de café, una carta mal escrita y con muchos errores ortográficos para que probablemente en las pesquisas de la investigación encuentren ese mensaje escondido que no pude decir en vida: un mensaje a mis amigos los pocos ellos y los muy queridos y recordados; a mi madre la que me mueve los ojos, las cejas y las orejas, a mis hermanos: el humilde, el sabio, el artista y el fuerte; a mis pocas cosas raras que tengo en recortes y papeles; y a ti que provees vida a diestra y siniestra sin escatimar en contenidos, sin mesura en tratos amatorios, sin espacios vacios o cóncavos, en este cuarto menguante mi dulcinea del toboso tu apareces completa en mi mente.

Pero he de morirme a la mala o a la buena pero que sea después de haber tomando una taza de café, mi querida taza de blanca arcilla y detalles coloridos que tiene alrededor que forman parte de su muestra apreciable. La semana pasada tome café, no me ayudó, no me sentí gracioso, no logré lo que quería, me mantuvo despierto los nervios por un breve tiempo austero, quería reflexionar acerca de ciertas situaciones inesperadas que pasaban por mi imaginación, quería sucumbir, caer hondo en la trepidante soledad, acabar con todo esto de una vez por todas, pero no sabia cómo, yo creo que cuando llegue el día en que lo planee se me acabaran las dudas infinitas y todo lo vivido desaparecerá como haz de luz.

Ayer converse con una compañera del trabajo que comentaba acerca de un suceso que la dio como desahuciada al punto de haber quedado en coma por una semana. Los doctores desconectaron los cables con los consentimientos necesarios, después de haber concluido en que no hay mas que hacer y en esto explica ella, no tan fiel pero si mi interpretación: "oye, era una luz blanca que salía y estábamos en el interior del túnel con una luz muy brillante casi cegante; no podía ver mi cuerpo, nada , nada, solo mis brazos y podía escuchar la voz de mi abuela que me llamaba "ven hijita, ven", me extendía su mano para que la tomara, me sentía tranquila porque estaba mi abuela, luego mire dentro de un hueco y hay estaban mis tíos, mis hermanos, mi mama y mi papa, seguí mirando y luego abrí los ojos, todos se pusieron a gritar los doctores empezaron a hacerme preguntas mientras me colocaban sondas y yo respondía y no sabia que pasaba, después de todo eso un  psicólogo habló conmigo y me explicó, yo me quede no sabes, asu, fue terrible".

Yo quiero eso y como otras veces que me he dado cuenta diría "me estoy dando cuenta que estoy pensando" y para ese momento pensaría y resultaría fascinante el darme cuenta que mi mente no ha muerto y yo solo soy el portador de todo lo que conozco, una bestia de carga; en realidad yo no vivo, quien vive es quien piensa en estos momentos, yo he muerto para la ciencia y quien piensa nunca ha muerto porque del pensar no nos podremos librar. Creo que encontré un motivo pero tengo que mejorarlo, me gusta retar a lo que la mayoría no se atreve, creo que mi vida no es esta, creo que mi mente debe de hacer otras cosas, creo en mi y en lo que puedo hacer y en lo que puedo imaginar hacer si llego a ese túnel, ese túnel que me atrae, me llama, no repite mi nombre pero me gustaría gritarlo para dejar mi eco, mi reverberación, mi repercusión. Aun no he muerto y aun es pronto para pensarlo.

La pistola de juguete (Crónica)

Para irse de esta casa, que colinda con el rio Chillón, donde se oyen como entre piedra y piedra el cauce del rio hace ruido y fuerza, el vuelo de las gaviotas y su graznido en ida y vuelta, las mototaxis que traen y dejan, y el árbol amarillo que tiene esta casa pintada con creatividad de autista desde la tarde que llegué como otras veces y los mismos fines de semana, y ahora de noche cuando me voy solo sombras, el amarillo de los postes de esquina a esquina, los arbustos siniestros, el ruido de los televisores y su boba interacción, platos y tenedores estrellándose, aullidos y quejidos de perros casi al unisonó, invocando a la noche, viendo espantos que dicen pueden ver, augurando catástrofes que algún día vendrán. “Vas a ladrar todo el día, pequeño perrito? o vas morder?”; se tienen dos caminos: el camino largo e iluminado y el camino corto y oscuro.

Cruzar toda la Calle Once y toparse con una berma central que no es acera y no es calzada, pero de improvisados maderos rectos formando rectángulos uniformes en una distancia considerable para correr, pero símiles en el deporte del balón pie que se patea con hacha, zancadilla, cabe y el empellón del tórax andino porque es inevitable no reconocer que en esta parcela de futbol se conglomera la raza de bronce de Arguedas y se observa a pesar de la nocturnidad, como la tierra está cicatrizada por la lona y la suela de la zapatilla y de su trajín ha dejado una marca color del trigo donde se rebota más la pelota, despejando a los lados el pasto. Un bloque de concreto fungiendo de puente, en medio de una acequia de desperdicios con una extensa marca negra que la recorre haciendo de fondo y abismo a la vez, y luego la Av. Canta Callao.

Al despedirme la señora me dice, muy amable y preocupada, “Dios, ya esta bien oscuro, vete por aquí de frente, que es mas tranquilo”. Quiere decir que luego de haber cruzado siga por la Calle Laboriosidad, tres continúas cuadras no tan bien distinguibles pero si visibles, donde la conjugación entre sombras y luz hacen un buen juego de intriga, luego toparme con la Av. Confraternidad con dos amplias calles y a todo transito, luego a la derecha por la Calle Honestidad que empieza iluminada y luego, por descuido del municipio, se empieza a difuminar dejando las luces de las ventanas de las casas como refugios de lumbre, a las personas desconfiadas, a los perros propensos a ser violentos, y luego del susto, la Av. Próceres De Huandoy, más que transitada, poblada, más que iluminada, cegante, más que segura, desconfiada y todo para comer acá, a la atención de la gente que se acumula en la esquina para hacer llamadas, para subirse a la combi, para comprar barato y en la otra esquina lo mismo pero con la venta fabulosa de cosas robadas, de almohadas creativas para el sueño mas austero y las comidas al paso mas sabrosas y poco salubres que se puedan encontrar y todo eso y mucho mas en la Primera De Pro, que no es lo mismo que la Segunda De Pro y mucho dista de Pro Lima. Pero no me fui por este camino. Esta hora nocturna me dado en el flanco mas débil de mi modorra, me ha dado y un certero embiste, me ha puesto sordo, así que lo que me dijeron que por seguridad me vendría a bien fue solo un frasecilla de una buena madre que siempre está atenta a las malas intenciones de la noche por eso, has caso a la madre de quien, sin preguntar por qué.

Termine de cruzar la acequia, estaba arreciando el frio, estiré el cuello de mi saco que tapó parte de mi cuello, las manos en el bolsillo del jean, junte un botón con su ojal y solo sentía como el viento cortaba mi cara. Distraía mi frio, organizando lo que debía de hacer mañana. Alguien me llama y suena un ringtone que suena bien, suena fuerte, suena lindo; con este tipo de ringtones no dan ganas de contestar. La tecnología hace que me encuentren rápido. Abro mi saco y del bolsillo agarro mi teléfono, era una mujer la que llama, la mujer me saluda, la mujer me distrae con su retahíla de preguntas y yo con mis aburridas respuestas sigo un monótono camino que había hecho antes. Terminé la parte de la Av. Canta Callao y ahora estaba en el inicio de la Av. Alfredo Mendiola y seguía hablando, de bostezo en bostezo sin entrometerse en mis respuestas, miraba o reconocía en donde caminaba. La luz se terminaba. Aquí no hay postes y los pocos que hay han perdido su amarillo y lo que vendría a ser al inicio una berma central es en esta otra parte del camino, un invernadero: fábrica y almacén de flores para parques y plazas. Los arboles que le salen desde adentro tapan la entrada o lo que es la entrada y todo esta rodeado de maleza, de hierbas, de pasto crecido, y se logra ver un camión destartalado que de seguro ha de funcionar aun como transporte y la oscuridad se va tragando lo demás, con sus garras posándose en las ramas de los arboles, abriendo y cerrando los ojos, haciendo volar a las aves que utilizan la noche para vivir, haciendo mover los arboles con el viento que lo impulsa, chillando como las llantas en una frenada intempestiva, de una improvisada maniobra. Un auto estacionado con las luces prendidas hacia la vereda espera mientras adentro conversan, me miran y no se distraen, alguien salió de un balcón y se metió con la misma prisa, cerca veo la Av. Panamericana Norte y las luces que la abundan en velocidad y al otro lado La Segunda de Pro que no es lo mismo que Pro Lima y mucho dista de la Primera de Pro.

Escucho que en el extremo de esta cuadra hay música y las luces multicolores que le salen del interior son evidentes: es una discoteca, un tipo sale al camino de esta vereda, observa y se vuelve a meter. Seguía con la mujer conversando por el teléfono. Distraje mi mirada y aparecieron dos personas: una de ellas de estatura no mayor a un metro con cincuenta centímetros, con jean de color negro, casaca negra brillosa y zapatillas blancas. El otro es de mi tamaño o un poco más, con una sudadera blanca, jean negro y zapatillas negras. Pasaron por una casa que no me permitió ver sus caras porque el dueño de esta casa tuvo la creativa idea de hacer crecer el arbusto que crece en su jardín y a manera de sabana la ha extendido hasta la altura de la entrada para que tape y haga de arco, “que bonito”, pensará el vecino, “se bonito ve cuando pasas por debajo de el”, “sobre todo de noche cuando nadie te ve y en donde nadie te puede reconocer”. Sobre todo ahora. Te llamo después le dije, corte y me quede con el teléfono en la mano. El mas pequeño se puso la capucha, dieron pasos mas acelerados y sacaron una pistola, “!dame el celular¡”, el otro aguardaba mi respuesta para reaccionar y tomar ventaja con alevosía y premeditación. Esperen. La punta de esta pistola no es normal, no es que me hallan apuntado antes y en la misma medida, pero esta no es una Smith and Wettson Magnum 357? no, tendrían que atracar mas que transeúntes y haber visto por lo menos más de cinco veces a Harry el sucio; una pistola obtenida mediante materiales sintéticos originados del fenómeno de la polimerización, sí, eso es, una pistola de plástico, moldeada como la mas creíble e increíble arma, que en la esquina del emporio comercial Polvos Azules puedes encontrar ya que te las venden a 10 soles y hasta 20 soles, con balas de plomo incluidas, con la misma intensidad y con la misma fuerza de daño, pero menos trágica si no te cae en una parte vital. Al darme cuenta di una media vuelta que un baile seria el hazme reír, pero el tipo era negro, de raza negra y me sujetó por el cuello en los dos pasos que ya había dado, al otro no lo vi, estaba tratando de meterse en el forcejeo, el pequeño me agarro la mano donde tenia el teléfono y me la trataba de abrir, el otro no me sujeto fuerte del cuello, ahora asumo que de seguro no tenia experiencia y el pequeño trataba de apoyar empujándome a una casa que distanciaba con la acera un metro y un poco mas haciendo la casa metida y oculta a la vista, a la vez tratando de abrir mi mano, pero hice fuerza y por la bulla los perros ladraron con mas intensidad apoyándome desde su encierro. El pequeño me quiso tapar la boca, pero su mano no pudo y le mordí algunos dedos, perdiendo apoyo el otro, aprovechando ese instante tire de él hasta la vereda, pero me sujeta de la chompa y caímos en la vereda y yo con mi mano cerrada, ahora era el negro quien trataba de abrir mi mano, el pequeño en su rabia por el dolor de la mordida, con la cacha de la pistola me empezó a tirar en el brazo y ese dolor me dio mas fuerza y no lo solté, el negro seguía tratando abrir mi mano, el pequeño en su rabia desatada apunto en mi cabeza con la cacha de la pistola y sin freno empezó con el golpe, con el brazo izquierdo trataba de defenderme, pero fue inevitable ya sentía como por mi nuca recorría y mi cuello también el caliente liquido carmesí, la bulla saco a una señoras que empezaron a gritar, unos tipos que estaban en la discoteca vinieron corriendo prestos a atraparlos y dejarlos rengueando un buen tiempo o quizás para toda la vida, pero el pequeño y el negro al percatarse de la gente se fueron corriendo, llegó también el auto estacionado que sin mayor esfuerzo solo se estaciono frente a la casa de la señora, se fueron corriendo a esa parte donde vive la oscuridad y desaparecieron. “Te han querido robar” dijo una señora que salió de su casa ahora que todo había pasado, y los demás se rieron, “qué te quisieron robar, te robaron algo de valor”, “a veces es bueno dejarse robar, si no te pueden hacer algo”, “me quisieron robar con pistola” les dije para que siguieran conversando y me dejaran limpiarme tranquilo. Guarde el celular en el bolsillo del pantalón, terminé de sacudirme y sentía como recorría y gota tras gota y en forma continua adornaba de un color brillante, parecía contener escarcha, la vereda y gotas mas grandes se conseguían de la herida. Una señora me sacó agua de un grifo que tenia cerca, me quite el saco y la camisa, me lavé y seguía saliendo, ahora mas tenue por la cantidad de agua que me había echado, una chica en pijama de suelto cabello, me trajo un esparadrapo y alcohol, me busco la herida y empezó a limpiar, gracias por la ayuda le atine a decir. “Yo justo escuchaba la bulla y vine corriendo pensando que estaban robando a mi primo”, “si pues” le respondió una señora, “pero era el joven, mira como te han dejado la camisa, esto no sale, tienes que dejarlo remojando”, “si pues” atinó otra señora decir, “gracias señorita” le dije, “no pero aun falta”, terminó de limpiarme y me pegó el esparadrapo en la herida. Sacudí mi saco y terminé de arreglarme, paré una moto y me subí, agradecí a la chica y pensé si la volveré a ver, la moto arrancó y miré por ahí si andaban deambulando estos cacos que creen que violar la ley es ultrajar aun policía, pero solo la noche y su espectro que abunda, ululando una despedida cuando la moto va a velocidad. La calle terminó de iluminarse a pocos metros y aparecieron los restaurants, las tiendas, la música y la acción, me bajo de la moto le pago con sencillo, camino asustado, precavido, observando, todos me parecen sospechosos, algo traman, hago puño dentro del pantalón, llego al paradero a esperar la combi, la gente sigue, va y viene, haciendo risas, jugando mientras cruzan la pista y son mas intrépidos porque le han ganado en velocidad a un auto y me acuerdo de una canción:

I bet there's rich folks eating in a fancy dining car. (Apuesto a que hay gente rica comiendo en un vagón restaurante de lujo)
They're probably drinkin' coffee and smoking big cigars. (Probablemente están bebiendo café y fumando cigarros grandes.)
Well I know I had it coming, I know I can't be free (Bueno, yo sé que se lo merecía, yo sé que no puedo ser libre.)

But those people keep a movin' (Pero esas personas se siguen moviendo)
And that's what tortures me...(Y eso es lo que me tortura...)


(LETRA DE LA CANCIÓN DE JOHNNY CASH - FOLSOM PRISON BLUES)