sábado, 9 de julio de 2011

Amarillo Sahumado (Cronica de un pasajero)

A mi lado sano. La mujer que se sube en el paradero de la Plaza de Acho se queda dormida a la altura de mi pecho.

Cruza un brazo sobre su vientre para apoyar el codo del otro, y como atril apoya la cabeza sobre su mano para que quede cómoda y darse un merecido sueño después del trabajo.

Se siente muy bien pegado su lado izquierdo.

Somos todos de un amarillo sahumado cuando cae el crespón y sus estrellas.

De pronto y como amaneciendo, ráfagas de luz provenientes de la carrera, iluminan el tono cutáneo que estaba cegado por mi sombra durante el variable camino. Por la curva, por la esquina, por los paraderos, cuando la gente baja y sube de esta combi: se sigue proyectado mi sombra sobre ella y ella más sobre mí, en instantes y también proyecciones incompletos. ¡Oh Dios mío!, he de morir en cualquier instante.

En los peligros del camino y de las personas que cruzan sin haber visto, se balancearon los cabellos por el movimiento brusco de una salida imprevista, se podían contar como si fueran arboles que se mecen al ritmo de tu corazón.

Se siente muy bien pegada a mi lado derecho.

Somos todos de un amarillo sahumado cuando cae el crespón y sus estrellas.

En el siguiente paradero no te quise despertar o intentar movimiento en falso, quizás salir por la ventana y en mi gracia ser atropellado, pero te cambiaste a un asiento individual cuando te toque el brazo, no me dijiste te quiero, nunca lo dijiste, solo miraste por la ventana para ver en donde te despertaron, te dije permiso, no me miraste, hasta creo que me odias. ¡Oh Dios mío!, he de morir en cualquier instante.

No quise bajar y vi de reojo como te acomodabas y el ritmo de tu corazón ya no mecía, ahora estático. Me gustaría escarbar en tu osario y comprobar si es de acero. La puerta es deslizada con fuerza de apurado y adrede.

Metí las manos al bolsillo y todavía tenia el sencillo, por estar tan entretenido me he bajado sin pagar.

Tiro de los caballos, azuzo con rabia, pensando si puedo alcanzar esa velocidad. Acomodo mi garganta y empiezo a cantar.

sábado, 2 de julio de 2011

HOJA DE RUTA (Crónica - Biografía)

Eran las 3 de la mañana del día 03 del mes 12 de 1983, nace en la maternidad de Lima un niño de cual me comentaron se esperaba una niña. La ciencia comprueba que la determinación del sexo depende únicamente del Papá. Pesa cierta cantidad de kilos y tiene un tamaño considerable para el nacimiento de un parto natural. Cristian, sí, hay que llamarlo Cristian. El padre que nunca conocí empuñaba la voz y dijo un no, un no rotundo, un no severo, un no te vallas o no me dejes, un no de que seria uno de los mejores padres, tiempo después no sabría nada de él hasta que cumpliera 16 años. No, ese nombre no, se llamará Iván. Iván se acuerda del jardín “sagrado corazón de Jesús” cuando vestía un mandil de color  verde con cuadros pequeños y blancos, tenia un pantalón azul marino y unos zapatos marrones gastados de suela, el cabello hirsuto con la raya al costado izquierdo, gordito y de mediana estatura. Se acuerda de las calles y de ese sol en su estado mas caluroso, de las calles que por tanto transito vehicular deshizo las pistas y empolvaba las casas por donde el sabor del asfalto y del alquitrán son solo un recuerdo de progreso. Se acuerda de los amigos en su primera escuela civilizadora y de aquel juguete preferido (piezas diseñadas para formar estructuras, bloques; piezas que asemejan ser partes de un todo, el fragmento de una construcción: el cascote, que tiempo después se titularía el poema que escribiría a la chica que conoció y recuerda). Se acuerda que a una edad indeterminada y hastiado de la madurez de ver a todos gozar, cogiendo las tazas desde una asa y no sujetándola con ambas manos como él, salió al patio trasero de su casa y de las piedras que abundan levantó una soberana, gris y áspera que se le deslizaba por el peso y de una sola caída le dio fin a su niñez y a su biberón que partió al infinito, al cementerio de chupones, al panteón de berridos, y en su epitafio “Aquí yace, en quien vida quiso ser igual a la teta”.

Mamá siempre salía temprano en las mañanas para traer la ración del vaso de leche, esa sustancia viscosa, espesa y rara, traída de no se donde para la alimentación. No sé en que momento empezó a oler todo lo que le servían, se acuerda de la sopa el peor enemigo (Mafalda, la obra maestra del caricaturista Quino, en sus publicaciones mencionaba que Mafalda odiaba la sopa, simbología: sopa=guerra) de todo niño que empieza a deleitarse con esos sabrosos platos de comida llenos de arroz y pollo o carne que mamá preparaba y que amor le ponía y que ritmo le ponía, “suena bien, suena rico, suena suave, suena fuerte, suena lindo”; solo atinaba a observar esa magia; tiempo después aprendería a cocinar y lo hacia en la soledad de su casa pues sentía una comodidad y un agrado que se verían reflejados en su comportamiento y en sus proyecciones. Cocinando con Ella Fitzgerald, sazonando con Satchmo y degustando con Duke Ellington.

En la inocente etapa escolar primaria se acuerda de las veces que metía a todos los chiquillos del lugar donde vivía, a su casa, pues en la parte de atrás tenia un corral que entre ladrillos y tierra sobrante de una construcción sin terminar servían de base de comando, de fortaleza, de cubil, de bunker y es que también para ese tiempo se tenia la costumbre de criar animales de granja (patos, patas, pollos y gallos) y que hasta el día de hoy se conserva la costumbre en otras casas. Además a los animales que fallecían por mordidas de perro, algún tipo de efecto natural o provocado, tenían que ser enterrados en ese corral pues así era la costumbre, además no es apreciable sacar aun animal muerto a la calle y enterrarlo. En una de las paredes del lado izquierdo, que lidia con la casa vecina, es ya un cementerio de animales. Su casa ha sido ubicada estratégicamente donde conocería a sus mejores amigos, los imperdibles Huamán y Martínez. En casa siempre estaban sus hermanos de los cuales aprendió mucho, tiempo después se daría cuenta que todo lo que sabe se lo debe a ellos y no a esa presencia que faltaba en su crecimiento, ese no, que no basta ni encaja. “Conmigo son 5” (cuando le preguntaban respondía de esa manera, a las personas les toma un instante en reaccionar pues lo tienen que incluir en el conteo) – “sí, mi mamá es la única mujer” - (en esta otra parte también redundan y le sigue sucediendo cada vez que el afirma que su mamá es la única mujer). Su Mamá trabajó, puso un negocio y ya no quisieron que trabaje, pero la mujer que es única y no puede con su genio de independencia se sale con la suya. La primaria escolar creo la conciencia del respeto al educando (“Al maestro con cariño” de James Clavell, véanla y me explicaré mejor) y los gustos por las cosas inusuales o no comerciales o en formato cultural, artístico y urbano del que uno se entera por interés.

En la secundaria escolar en el antiguo colegio estatal de la localidad en donde vivía, aprendió el orden y la disciplina de la crítica, la ubicación de las palabras como defensa y salida. Se enamoro de la que se dice tiene el-futuro-asegurado-por-sus-notas-sobresalientes-proveniente-de-uno-de-los-mejores-hogares-con-esa-base-de-la-buena-educación y el un chiquillo desinteresado, descuidado y rebelde de quien se decía no tener un futuro promisor o algo venidero para bien. Meses después, vienen los arrepentimientos de las promesas que luego de diez años se estarían lamentando, pero tuvo su final, no hubo tragedia, ni nadie salió mal herido, solo raspones y zancadillas de chiquillos se secundaria, de enamorados primerizos. La secundaria acabó, sus ganas de salir corriendo fueron muy evidentes, el tiempo esperado porque empezarían a cobrar forma sus ideas, metas y objetivos. A recibir información, escuchar información pues la mente sonora que está influenciado en su vida ha empezado a maquinar una orquesta de variados instrumentos en su cabeza, sonidos de variadas partes del mundo se han ido congregando y el taco del zapato y la palma de la mano sonando sobre el muslo haciendo un beat interesante. Music is power / let it flow through your mind / you’re just like a flower / in the deep sunshine.

En su preparación académica para la etapa universitaria, cursando los 18 años de edad, adquirió el hábito por la lectura que lo ha impulsado a escribir entre otras cosas poemas, uno que otro cuento y el intento frustrado de escribir un libro pues que ha quedado pendiente; aprendió acerca de la sociedad y los problemas que se enfrentan diariamente para que las personas salgan adelante, las oportunidades, el completar objetivos y trazarse una meta. Aprendió el ritmo de las matemáticas básicas y demás complementos que son aplicados en su vida diaria. Conoció a la que por dicha, obra y gracia del no se que y solo lo sabe quien sabe quien a F.M.V. que a sus 18 años, también, le hace llegar “La Madre” de Maximo Gorky, “Los Rios Profundos” de J.M.A y “Así se templa el acero” de Nicolai Ostrovsky, y Bryce, Saramago teniendo así el complemento, la parte que faltaba en el rompecabezas, un año después esto se terminaría para siempre perdiendo todo tipo de contacto hasta el día de hoy. Luego vino La Blanquiñosa D.C.C.B. que vive a pocos metros de un terraplén que sirve de contención para un posible desborde del rio Chillón, de paciencia desmedida y de incomodidad en la misma cantidad o más, de delicadeza modesta, es una Patricia Llosa y está lejos y esta bien..

Y luego tuvo un sueño. Mi casa, mi casa propia; con un jardín grande en la parte de atrás, con una piscina para mis hijos pues tendré 2 o 3 y les enseñaré todo lo que he aprendido y sigo aprendiendo. Les hablare de la música que suena en la otra parte del mundo: de un Morrisey con aires de divo, de un Pete Doherty que se mete en cada o cual cosa, del jorobado de Johnny Rotten, de un camaleónico David Bowie, Are You Experienced ? i'm talking about Jimi Hendrix, your mother never told you?, les hablare de un 15 de Agosto al 18 de Agosto de 1969 en una granja cerca al pueblo de Bethel, New York, en donde se realizó un festival con el afán de lograr 3 días de música y paz que congregó mas de 500,000 personas y que es considerado como uno de los momentos que cambio la historia del rock and roll. De los libros que he leído: lo que aprendí con “El Cholito De Los Andes” de Oscar Colchado Lucio que en mi etapa escolar fue el reconocimiento de mi identidad y la inocencia de “Un Mundo Para Julius” de Bryce Echenique que fue el primer libro que compré con el dinero que me dieron en un cumpleaños. Ahora tantos libros de los que he aprendido y aprendo de memoria lo que quiero enseñarles.

Alguna chica canela que su nombre sea el de una flor que crece en el invierno de los andes y responda al nombre de Qantu, ese nombre que sale como suspiro y pinta una gracia en la boca con su aliento a azúcar, limón y sal. Me has hecho reír y es que estaba triste, le diría, y entendería que su presencia es más que gratificante, es regocijante, es de pura necesidad. Será quizás Dulcinea del Toboso?, o quizás una de las hijas de aquel hombre fuerte, valeroso y campeador, Ruy Díaz de Vivar?, no lo sé, solo se que el idealismo es una maldición de los altruistas. Y ni que decir de los empíricos. Esta de más decir que su piel debe de comulgar con la mía en color, textura y brillo. Debe de conocer al menos quien es Arguedas, Vallejo y Ribeyro. “Sr. Robert Kiyosaki si yo tuviera mil soles en este momento que negocio me aconseja poner?” pregunta el entrevistador, a lo que él responde “Si tengo mil soles, compraría un libro y estudiaría. Tu cerebro es tu activo. Si tienes una mente pobre, siempre serás pobre.” Para todo sueño hay un despierto.

Nació, creció, se desarrolló pero no se ha reproducido, aun no, y trabajó logrando su primera propiedad una guitarra eléctrica marca Fender modelo Stratocaster con un mes de trabajo en la casa musical Strauss de La Plaza Dos de Mayo iniciando una independencia que se mantiene. Se matriculó en la Universidad Cesar Vallejo y se mantiene hasta el día de hoy con sueño, tardanzas y faltas. El celuloide como parte de su organismo, que parte desde su esclerótica, que cambia todo tipo de percepción en el comportamiento y toda escena callejera pasa como grabado en Súper 8 y en cámara lenta. Se ha vuelto un practicante del arte no profesional en coleccionar películas de culto. Melómano del arte virtual en descargar discos en cantidades descomunales.

Formando disposiciones y predisposiciones para seguir buscando más. Visitando galerías de revistas acumuladas y libros en reventa para ser releídos. Invadiendo la Av. Abancay para llegar a la biblioteca de Amazonas. Caminando por las calles del Centro Cultura El Averno. Al culminar esta crónica-biografía se ha comprado dos libros “Rayuela” J.C y “De La Tierra A La Luna” J.V. y eso es todo lo que tengo que decir al respecto.