Cuando le indicaron que tendría que presentar la semblanza de Cinthya (Cintia/Cinthia/Cynthia) Zapata Barrantes de quien conoce poco o nada se le ocurrió que para empezar resolvería su nombre, cuyo significado es para ciertos autores el apodo de una diosa griega de la luna y la caza que vive en la colina de Kynthos y que para otros románticos es la amante del poeta Sexto Propercio, (poeta lírico latino) cuyo nombre real es Hostia, mujer bella e inteligente que también escribía versos. En fin.
Cinthya para él inspira, como muy pocas personas, inteligencia y confianza a primera vista. Algo debió de suceder aquel 15 de diciembre de 1992 en donde la luz vio tamaños ojos verdes que en ese momento no se confirmaron, pero que ahora se les da la afirmación de que color mas limpio solo la naturaleza, entonces el buscó en las efemérides para tener mas referencias y se dio con la maravilla de que en alguna parte de Quivilca, la de Vallejo, llovieron buganvilias y jacarandas todas moradas y tostadas por la primavera de diciembre de aquella quincena que pocos recuerdan. Aunque creo que le hubiesen gustado girasoles, asumo esto por la foto que encontré publicada en uno de esos medios donde conglomeran las redes sociales, aparece con una sonrisa a media felicidad y el cabello mas limpio y suave que se puede interpretar de una foto, muy mal tomada por cierto pues no se aprovecha el beneficio del color del día.
Gracias a Luis Zapata Rodríguez y ha Martha Barrantes Mejía provenientes de Piura y Cajamarca respectivamente, que como muchas familias y como la de él, vinieron a buscar esa prosperidad limeña, se conocieron se amaron y se casaron y de tan virtuoso acto tuvieron 4 hijos. Cinthya es la última de los hermanos.
Cinthya tuvo sus primeros años escolares en el colegio inicial “Roberto Mac Lean” y ya desde los 4 años demostraría diferentes habilidades histriónicas como la de danzar y la de recitar para las presentaciones que ameritan las fechas cívicas, este tipo de actividades marcarían de cuajo la personalidad de una mujer responsable, comprometida y dedicada al mundo de los escenarios escolares.
En la época primorosa de la primaria escolar desde el año 1999 hasta el 2004 en el colegio “P.M.N.P. 3007”, Cinthya más que nunca histriónica demostraría con total desparpajo que no hay otra igual para los reflectores que proveen los días soleados, presentándose en cuanto recital disponible o concurso se trate, tomando las riendas de cualquier tipo de danza para hacer de ella misma una picaflor que va de canción en canción.
Las mujeres: las más amadas e independientes, crearon un colegio sólo para mujeres, el “Mercedes Cabello de Carbonera”; de quien se dice que fue escritora, periodista y feminista. En esta ex-iglesia en los años de la república, que estaría marcada por una serie de gobiernos militares y civiles; sus claustros, salas y celdas sirvieron como cárcel para mujeres, pero eso no le importaría. Cinthya cursó la secundaria en este recinto ubicado en el Centro de Lima, en el distrito de Barrios Altos en donde por los años 2005 hasta el 2009 quedarían marcados los lazos puros e intangibles de la camaradería, “la mejor de las mejores amigas” con quien compartió esa afección por las danzas, ya conocida desde las primeras cuerdas místicas que a falta de chamanes para el trance, seria verla dar giros por el arcoíris de sus faldas y lentejuelas chaposas.
La mejor de las mejores amigas para el arte paciente del corte y la confección y modelos de las mismas. La música que muy pocos comparten y muy pocos la hacen, ha sido manifestada en los metálicos rectángulos sonoros del xilofón y en el cuerpo plástico de las nuevas flautas que aprendió por convicción. Fue la virgen María para la obra teatral “El nacimiento de Jesús” para el que, con paciencia y dedicación logró ser seleccionada.
En el último año escolar, la promoción de alumnas viajo al Cuzco conocida por algunos como la “Roma de América”, es sabido que es imposible no quedarse parado y no terminar de observar todo, ha él sólo le queda imaginar a través de las fotos como es sentir el olor de esa parte de la sierra porque el olor que si reconoce es el de Huaraz al que ha ido incontables veces lo cual no importa porque no es su semblanza.
Acabó el año escolar y las despedidas mas explicitas no son de esperarse, los recuerdos mas inefables, los abrazos y los buenos deseos son siempre buenos vengan de donde vengan.
Ahora ya tiene 17 años, 17 girasoles, 17 amarillitos, amarillando flores de retama. Postulo a la universidad del hombre que nunca perdió su identidad en "la ciudad de las luces" y que hasta el día de hoy recuerda a su dulce Rita de junco y capulí. La carrera profesional Ciencias de la Comunicación será participe de la ultima etapa de su formación, la profesión donde el pánico escénico no tiene presentación ni ponencia, en donde el que no sabe callar es porque nunca aprendió a escuchar y en donde la mejor manera de resolver una duda es preguntando al profesor. Que bonita carrera escogieron y que interesante manera de conocerse.
Ya sea una diosa griega, una romántica amante de poetas, una danzarina escolar o una estudiante de Ciencias de la Comunicación, no dejara de ser la misma flaquita, simpática, sencilla, de ojos verdes y que sobre todo, no dejara de ser tan humilde como cuando él le pregunto a través de un correo electrónico que de que color son sus ojos y ella le responde “Iván, esta pregunta no se como responderte, ya que algunas personas me dicen que son de color verdes y otros dicen de color marrones claros.”