martes, 14 de septiembre de 2010

EL INSTANTE (RELATO)

En el medio de la noche Jean Paul caminaba por la avenida atestada de sociedad. Los audífonos que silenciosamente emitían un sonido distanciaban, cuando te cruzabas con el, en que estaría pensando.

Volátil y parece que algunos se mueven o se guían por esta música; los chiquillos siempre se mueven según el “dance, dance, dance, dance, dance to the radio” que decía el post punk de Joy División en la transmisión externo, medio e interno.

Se cruza con unas chiquillas que dejaron de ver el escaparate de hombres y mujeres de altura no promedio, de tez rosada limpia, cuerpos delgados finos y en su punto, a pesar de ser de plástico cobran vida en quienes fijos se quedan mirando. “Presentí que una de ellas nos miraba pero no es cierto porque nosotros miramos de frente, otras veces la arrastramos desde nuestros pies, hasta lograr con otros ojos”.

“Nos ponemos la capucha, siempre nos ponemos la capucha del abrigo. En un momento indeterminado nos llamaran, tendremos que mirar, reírnos y saludar. Comprometernos. La capucha tapa los lados de nuestra cara y nuestra visión solo es un rectángulo con uno de sus lados menores terminando en el suelo y el otro hasta donde levantemos la cabeza”.

“Siempre nos miramos: la cara, la cabeza, los brazos y no olvidemos las manos”.

A donde ira Jean Paul?, girar o voltear en cualquier esquina; alguien repite su nombre en estos momentos y no quiere darse cuenta, el volumen esta muy bajo por que aún se escucha los mínimos decibeles de un tono de voz grave, pero es el respeto el que le hace volver la mirada, entonces se ríe y saluda, pero sigue avanzado. No se detiene y no lo piensa hacer.

Esa mujer con la que se va a cruzar parece escuchar el “dance, dance, dance, dance, dance to the radio” también, está adquiriendo más información en la transmisión externo, medio e interno.

“Entonces, sí que miramos”

Emite otra onda sonora a sus oídos, se detiene y sube el volumen escandalosamente. Le está mirando ese niño que en hombros el padre lo lleva, salen de todos lados Jean Paul, a tu encuentro y te miran detenido, esto no es normal, a la gente normal no le gusta detenerse. Se escuchan cláxones, los gritos de vendedores, las luces de los avisos, las bolsas de compra y más risas de satisfacción.

¡Se ira de aquí, Jean Paul, se ira al paradero!, subirá al carro y se sentará en un lugar incomodo, va a respirar el smoke hondo y difuso, arrojará papeles por la ventana, tendrá una discusión con el cobrador por su mala matemática y su insistencia. Llegará a casa y no será amable, va a clausurar la puerta de la habitación con seguro, encenderá la radio y la va a modular en algún buen sonido seguro, maquinará en tener vicios, sí, eso estaría bueno: cigarrillos, drogas, “no, creo que no, fumar no, nos haría daño y fumar es dañino para nuestra salud, además no podemos fumar en publico, tenemos que cambiarlo por alcohol y por algún prostíbulo que acepte nuestro sueldo”, o quizás se suicide con el aburrimiento o se quedará mortalmente aburrido. Y en los periódicos, de esos que sirven para envolver el pescado bien despachado, publicaran su deceso confundiendo el amor, los estudios y el trabajo.

“Ojala podamos llegar temprano, pero las combis están llenas y ese grado de incomodidad no nos agrada, pero tenemos acostumbrarnos a eso que no podemos soportar”.

Camina un poco más. Cada paradero es distinto, todos tienen miedo y se les ve en la cara: las mujeres sujetan fuerte sus bolsos y algunos tipos que no tienen la espalda o el tórax andino están toqueteándose los bolsillos, conjuntamente con el resto, para no ser sorprendidos. Espera.

“No te preocupes, algún día llegaremos bien”.

Sí, tienes razón.

domingo, 12 de septiembre de 2010

SOMETO 1

El cascote


Tapiado un rincón frontal y lo que mostraría para bien una ventana, está tapiada.

Libre el lacayo de la mata con su color que la deja morir en el descuidado jardín.

Encendido los vatios.

Hacia la piel entre trigueña y amarilla; en el tapiz de marfil opaco parecíamos escondidos, cuando ni el reojo aparecía.

Ella es todo y ella esta ahi en el cascote que esta limpio y esta lejos y esta bien.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

NO TE MUEVAS (ENSAYO O LO QUE DURE LA FOTOGRAFÍA)

Es una maquina del tiempo que imprime sobre el papel los años, tiene una garganta y rayos de luz que emana desde su esclerótica de vidrio. Compuesta por millones de partes inmortales e implícitas. Objetivos y análisis que permite recoger con lucidez planos y llanos. Tramontana es el viento de la locura que no se puede ver dentro de la caja porque solo recibe un rayo lúcido. Este hombre me asistió en el sacramento del bautismo; toma su posición: quiere ponerse de rodillas pero no lo hace, se queda en el medio de su descenso y nos distribuye. Ese armatoste no lo puede manejar cualquiera, se necesita fruncir el seño y tener don de mando, se necesita ser un director y decorador, saber de iluminación y distancias, del astro rey y colores mil. Un suicida por el buen gusto. Este hombre conoce el arte de arrancar sonrisas de las ánimas, desde el osario más hondo o más díscolo.

Es una Nikon F3, color negro, diseño de uso natural de los años 90; perdió vigencia porque la tecnología es una constante piedra rodante. No es negativo, son cuadros transparentes, que los solares pedazos provenientes del espacio exterior tratan de revelar; no son retazos de un material inflamable o peor aun explosivo, no es toxica su preparación, no, no lo es; solo necesita una habitación oscura, pinzas, líquidos nocivos si se ingieren, pero no podemos echar a perder nuestro proyecto de darle permanencia a nuestras imágenes, al cabello y a las bocas haciendo gestos y vocalizaciones. No todo esta perdido si no te mueves, no, no te muevas, no hagas suspiros, es mas no respires y deja que este hombre te complemente. Te hará un disparo, explotara la luz sobre tus ojos, caerán unos bastones y se tumbaran unos conos, reaccionaras luego de segundos y todo estará bien, podrás acercarte para que veas si quedaste bien, pero no te preocupes tengo muchos disparos que darte hasta que todo este bien contigo, pero eso no es nada en comparación a tu eternidad.

Podrás llevarte contigo y mostrarte a todos como eres en la perennidad y “volveremos a repetir una vez mas de nuevo” el mismo proceso químico de remojarte, dejarte secar y ver románticos como te aclaras; se notaran primero tus bordes y tu contexto, luego tu cabello y tus colores; sobre todo, creo que no todo esta perdido, lo que no provee tu naturaleza, la tecnología lo hará.

Cámaras réflex, cámaras de rollo de 35mm o de uso manual, han quedado sin ventaja y en su totalidad desplazadas, el enfoque manual ya no existe porque ahora es automático, el lente se bifurca en rapidez y precisión; todo esta perdido para la agilidad y el juicio de arquitecto. Electricidad, por que la alcalina contamina, memoria de capacidad considerable, por que lo máximo es llevar uno de 36 y 36 veces ya no es suficiente. Te puedo adaptar y te puedo acomodar, con poca autoridad y discreción, ya no importa, has lo que quieras, te atraparemos en el aire y esta vez podrás moverte y dar todas las maromas necesarias. Hay mucho más en donde apretar y viene con manual para “dummies” como nosotros. La Nikon se ha guardado en una teca “Suite Antique” y con ella su correa, un brazo que acompañaba al flash y accesorios. Quedaran las nostalgias, adheridas sobre fibras vegetales secas y duras, que se despintaran con el tiempo y quedaran todas parecidas al sepia.